jueves, 28 de febrero de 2013

Mi nombre es Galad-Isil

Mi nombre es Galad-isil en mi idioma, en el idioma común sería resplandor de luna.

Esta es mi historia, empezaré por contar las cosas desde el principio.


 CÓMO SE CONOCIERON HINYA-ISIL Y BIÖRGREND,MIS PADRES.


Todo comienza en el año 1358 según el computo de los valles cuando el rey Alemander IV tras dos cosechas negativas se encontró con un intento de derrocamiento por parte de Alemander V se disponía a preparar la defensa de castillo se vio sorprendido por una fuerza extraña compuesta de orcos barbaros y troll que bajo el mando de Dagar se apodera de la fortaleza expulsando a los tethyr así pues, un territorio que era prospero ahora cayó en una época de las más oscuras que nadie recuerda.
El viejo castillo está ocupado por unos  orcos de la infraoscuridad , el clan más sanguinario, que tienen la región asolada, de hecho ya ningún comerciante peregrino, viajero o campesino vive tranquilo en la zona.
En el bosque de dicha zona vive una comunidad élfica que lleva en él tanto tiempo como los mismos árboles que lo forman. Los señores de esta comunidad, Romen-rom y Taur-tir, tenían una hija que estaba comprometida en la lucha por mantener a los orcos fuera del bosque, su hogar.  Ella es Hinya-Isil.

Era ya noche cerrada el momento en que la aguerrida elfa estaba en el lindero del bosque observando sin ser vista el movimiento de un grupo de orcos que parecía dispuesto a penetrar en el bosque. Estaba preparando su arco cuando un leve movimiento por el lado izquierdo de su campo de visión la sorprendió. Un jinete irrumpía en la llanura lanza en ristre cargando contra el grupo de 5 orcos, Hinya-Isil siguió mirando más a la izquierda esperando ver más jinetes pero su fino oído le decía que no había más.


 
 "¿Pero quién es este loco que se lanza en campo abierto contra los más aguerridos y sanguinarios orcos sin más apoyo que sus armas y su montura?" pensaba la silenciosa observadora mientras ponía una flecha en su arco.

Biörgrend, sin saber que era observado, se había lanzado al galope con su lanza contra un grupo de 5 orcos a los que sorprendió en campo abierto. Cuando llegó a la altura del grupo la sorpresa, la fuerza de su brazo y la embestida de su montura hicieron un gran trabajo. El primero de los orcos fue ensartado por su pesada lanza de Caballería que se quebró con el impacto y  un segundo orco fue arrollado por  la gran montura de batalla, arrojándolo al suelo y destrozando su cráneo con sus patas traseras. Superado el grupo, el solitario paladín dio la vuelta a su montura y desenvainando una gran espada volvió a embestir a los tres orcos restantes. El que más cerca estaba cuando les alcanzó nuevamente rompió la punta de su lanza contra el escudo que protegía al paladín, sin embargo, lo último que vio fue el resplandor de la luna reflejado en la hoja de acero que separo su cabeza de su tronco. Mientras, el poderoso caballo que montaba Biörgrend se erguía sobre sus patas traseras y dejaba caer sus cascos encima de la cabeza del cuarto orco reduciendo su cabeza a una especie de puré de hueso molido sesos y sangre. El único orco superviviente había tenido tiempo de ponerse fuera del alcance de aquel diablo que parecía dispuesto a acabar con todos. Se disponía a disparar  su ballesta contra el misterioso atacante cuando una flecha elfa atravesó su pecho poniendo fin a su vida y  al combate.

El paladín giró su cabeza hacia el lindero del bosque tratando de ver en la oscuridad de dónde provenía la saeta que había acabado con la vida de su atacante. Si Hinya-Isil hubiera permanecido inmóvil jamás habría sido descubierta por el misterioso jinete, pero ella lo veía como un amigo, aquel que atacaba a los orcos que habían convertido la región en la cual vivía en un auténtico infierno no podía representar un peligro, aún así salió al campo abierto con cautela.
Cuando llegaba a una distancia prudencial del caballero distinguió el halcón peregrino que acababa de detenerse en el hombro del paladín, animal que también se encontraba en el escudo del guerrero.
La guerrera elfa detuvo su montura y saludó al caballero, quien le hacia una reverencia al tiempo que desmontaba y se acercaba a los restos de la pesada lanza de caballería.
Ambos habían decidido que el otro no era una amenaza. La elfa tomó la iniciativa y se acercó al paladin y se presentó;
         - Buena noche, soy Hinya-Isil, hija del señor elfo del bosque de Tethyr.
         - Buena noche Hinya-Isil, soy Biörgrend, hijo de la luna y del sol y devoto paladín del dios Tyr.-Respondio el paladín en la lengua elfica.
         - Bien paladín, si me acompañas puedo ofreceros un sitio donde pasar la noche y algo de hospitalidad.
         - Nunca rechazo una invitación a comer ni un sitio seco para mi caballo y lecho para mi, noble elfa.

Ese fue el primer encuentro entre Hinya-Isil (Hija de la Luna en el idioma común) y Biörgrend.
De cómo fue mi padre acogido entre los elfos del bosque de Tethyr lo dejaremos para el siguiente capítulo


 Galad-Isil